4/11/16

La apicultura y el medioambiente

    
El deterioro medioambiental que viene sufriendo el planeta, acelerado en los últimos años, amerita evaluar el fomento de cualquier actividad económica a la luz de su sustentabilidad ambiental y su contribución o no a los objetivos globales de preservación de la Tierra.
En tal sentido, cabe destacar que la apicultura es una actividad amigable con el medioambiente, a la  vez es testigo del posible deterioro ocasionado por otras producciones. Aquí radica la importancia de que los países, en este caso Nicaragua, sostengan y fomenten a la apicultura.
En primer lugar, la apicultura contribuye a la biodiversidad por la polinización. Además, contrariamente a otras actividades económicas, no depreda los recursos naturales. Se basa en un recurso renovable (flora de interés apícola) y no lo agota con su utilización. Si la flora apícola no alcanza para la carga de colmenas, las damnificadas son las abejas, al no poder obtener alimento.
Por el contrario, la destrucción del medioambiente atenta contra la apicultura. En las regiones en que se elimina la flora apícola (generalmente nativa), ya sea por actividades agrícolas o industriales, el recurso con que cuentan las abejas disminuye. De manera que ante la ausencia de cambios climáticos importantes (por ejemplo una sequía), la disminución de la producción de la colmena puede estar indicando compromisos ambientales.
A diferencia de otras actividades, el fomento de la apicultura no necesita de acciones directas y adicionales para la protección del medioambiente. Es suficiente con un adecuado manejo productivo y una difusión de la actividad a lo largo del territorio. Esto garantizará el cuidado del medioambiente y también alertará sobre cualquier desmanejo ocasionado por otras actividades económicas (por ejemplo, tala de bosques).

Fuente ; Api-guia.com

Apicultor; Ing.Vicente Giner

Abejas, Mejor calidad de los cultivos de la forma más natural

Existen diversos servicios prestados por la naturaleza, uno de ellos es la polinización. El buen funcionamiento de éstos asegura la sostenibilidad de la agricultura, además de contribuir directamente con la producción agrícola.

Se sabe que las abejas juegan un papel vital en el mantenimiento de los ecosistemas del planeta. Un artículo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), destaca además que la polinización de las abejas no sólo se traduce en una mayor cantidad de frutas, bayas o semillas, sino también puede mejorar la calidad de los productos.
El artículo ‘Punto de Mira: siete frutas y hortalizas para las abejas‘ detalla que las abejas polinizan una tercera parte de los alimentos que consumimos. Además, alrededor del 90% de los cultivos para el consumo humano necesita de abejas u otros insectos para polinizarlos y aumentar su rendimiento y calidad.
La publicación enumera siete frutas y hortalizas que obtienen un “zumbido” de aprobación en la polinización apícola. Una de ellas son las almendras, donde estudios demuestran que la falta de abejas y otros insectos silvestres para la polinización, puede reducir los rendimientos de las cosechas de forma más drástica que la falta de fertilizante o la incapacidad de aportar suficiente agua a los cultivos.
“Cuando las almendras son polinizadas de manera adecuada, los árboles dan más frutas y su contenido de nutrientes cambia, aumentado la cantidad de vitamina E”, indica la nota.
En el caso de manzana, la información resalta que, sin abejas, el proceso de polinización cruzada que se requiere para producir esta fruta podría ser insuficiente para cubrir la demanda actual.
“Por lo general, las colmenas deben introducirse cuando se distinga aproximadamente un 5% de las flores, estimulando así a las abejas para que comiencen a trabajar de inmediato. Se estima que una densidad de 2,3 colmenas por hectárea es adecuada para polinizar manzanas. Una flor de manzana puede necesitar cuatro o cinco visitas de las abejas para recibir suficientes granos de polen que permitan una fertilización completa”, señala el documento.
Otra fruta mencionada en el artículo es el arándano. Aquí, los abejorros visitan más flores por minuto que cualquier otro polinizador y no tienen ninguna dificultad para extraer el néctar de las flores de arándanos con sus alargadas lenguas.
De acuerdo a lo informado, lo anterior es importante porque la corola de la flor de arándano tiene forma de campana. El néctar se secreta en la base del estilo, obligando al insecto a empujar su lengua entre los filamentos de las anteras para acceder a éste.
En el caso de las fresas, la textura, sabor y dulzura de éstas se deben principalmente a la polinización.  
“Una fresa completamente desarrollada necesita unas 21 visitas de las abejas. Una sola fresa puede tener 400-500 semillas (o pequeñas nueces) sobre la superficie de un grano. Cuanto mayor sea el número de semillas completamente desarrolladas, más grande, más sabrosa y mejor aspecto tendrá la fresa”, indica el informe. 

 Hortalizas
El artículo reporta además que las cosechas de pepino en invernaderos aumentan hasta en un 40% colocando cinco colmenas de unas 12 500 abejas cada quince hectáreas, donde se recomienda que la base de la colmena se mantenga al mismo nivel que la parte superior de los pepinos.
“También debe haber espacio suficiente para que las abejas puedan moverse. Coloque platos con agua en el suelo entre las hortalizas para que las abejas puedan beber”, explica el artículo.
Por otro lado, mientras las abejas melíferas visitan las flores de cebolla para recolectar néctar y polen, en la producción de cebolla híbrida solamente serán las abejas recolectoras de néctar las que visiten las líneas androestériles y androfértiles.
“Por lo general, a las abejas no les resultan muy atractivas las cebollas, por lo que las colonias numerosas –de 30 colmenas o más– tendrán mayores probabilidades de éxito”, dice.
Finalmente, en general los polinizadores de calabaza son abejas que anidan en el suelo. La abeja hembra recolecta el polen y el néctar de las flores de las cucurbitáceas, y se muestra activa a primera hora de la mañana, disminuyendo su actividad a media mañana.

 Fuente ; portalfruticola


Apicultor; Ing.Vicente Giner

6/9/16

Pocas nodrizas en el nido para tanta cría


(Cuando se introduce alimentación de estimulo se produce un desequilibrio)

Al fin del invierno las colmenas comienzan lentamente el incremento de la postura de sus reinas, manteniendo una relación equilibrada entre crías y abejas nodrizas -encargadas de alimentar las crías con jalea real producida de sus glándulas hipofaringeas-. Cuando el apicultor en el afán de adelantar la producción de abejas y salir mas temprano en la mielada, estimula la postura de la reina con jarabe diluido, las abejas nodrizas no alcanzan para aportar con suficiente jalea y tienen que colaborar las abejas mas viejas, que abandonan el pecoreo para alimentar crías. Al no haber pecoreadoras falta el ingreso de polen para las nodrizas y merma la producción de jalea real, baja rápidamente la proteína corporal de las abejas disminuyendo la longevidad de las mismas. En consecuencia mueren mas abejas de las que nacen, y las que nacen son cada vez mas débiles, quedando expuestas a contraer enfermedades como en el caso anterior.
Algo parecido se da cuando descuidamos mantener el equilibrio en la relación nodrizas cría al hacer nuestros núcleos.
Si retiro muchas crías abiertas y pocas nodrizas se resiente el núcleo y si retiro las nodrizas con cría cerrada dejo a la colmena madre en desequilibrio.
Es fundamental mantener el equilibrio de la colonia en todo momento y en especial al despegar en el inicio de la temporada.
“No hay que apresurarse para estimular a la reina, si se deja buena cantidad de reservas de miel y polen,las abejas sabrán estimular gradualmente a su reina a fin de despegar correctamente en primavera”.
Fuente Beesource,USA

Apicultor Ing. Vicente Giner

31/8/16

ESTRÉS EN LA APICULTURA


FACTORES DE ESTRÉS EN LA APICULTURA 
Los agentes causantes de estrés en las abejas pueden ser de muy variada etimología Individualmente o en conjunto pueden debilitar al insecto y producir su muerte, hecho que en los últimos años preocupa mucho a la sociedad científica.
Individualmente o en conjunto pueden debilitar al insecto y producir su muerte, hecho que en los últimos años preocupa mucho a la sociedad científica.
El problema medioambiental es de bastante gravedad, ya que las abejas tienen un papel muy importante en la polinización de muchas especies de plantas, y sirven de alimento a numerosas especies de vertebrados.
Según Albert Einstein: "Si la abeja desapareciera de la Tierra, al hombre sólo le quedarían cuatro años de vida: sin abejas no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres".
¿Qué pasa en una colmena mal ventilada cuando hace calor?
Los nidos de cría de las colonias deben mantenerse a una temperatura constante que varía de 34ºC a 38ºC.
Lo mismo ocurre con la humedad, que ha de mantenerse constante, en torno al 80%.
Las abejas tienen termo receptores en sus antenas que captan los cambios de temperatura en el ambiente y les permiten adaptarse.           

En este caso, cuando la temperatura de la colmena supera los 35ºC las abejas sacuden sus alas para expulsar el aire caliente y así la refrescan. No todas las abejas participan de este movimiento, sólo algunas.
Si el calor sigue aumentando, un grupo de abejas sale de la colmena y se coloca por debajo para refrescarse en la sombra. Si continúa el calor salen más abejas y comienzan a ventilar desde fuera a toda la colmena.
Con calores prolongados e intensos ventilan también hasta por la noche.
Si el calor no disminuye, la temperatura corporal irá subiendo poco a poco hasta "freír" a las abejas por dentro: las proteínas se coagulan por encima de los 45ºC y pierden sus funciones.
Esta situación provoca además que las abejas defensoras o sanitarias, al tener que colaborar con la ventilación, abandonen sus tareas habituales, dejando a la colonia expuesta al acoso de parásitos, bacterias, hongos o virus.
Si a pesar del gran esfuerzo desplegado por la colonia no se logra rebajar la temperatura, la cría muere deshidratada, la reina corta la puesta, se derriten los panales y se paraliza la colonia.
¿Qué pasa en una colmena mal ventilada cuando hace frío?
Las abejas son expertas en mantener la temperatura más alta que el medio ambiente en épocas de mucho frío.
El frío minimiza su actividad hasta provocar la muerte. Algunas razas suspenden la puesta, ya que las crías requieren de más calor y humedad para sobrevivir que una abeja adulta. Como mecanismo de regulación, las abejas cuando perciben el descenso de temperatura (de 14-12ºC) se agrupan en racimos,con la reina en el centro, formando un "bolo invernal" que se irá compactando a medida que ésta siga descendiendo. De esta manera, con pequeñas vibraciones, liberan calor manteniendo la temperatura; sin embargo, les es más difícil controlar la humedad, que tiende a condensarse dentro de la colmena. Ésta se genera por el consumo de miel que hacen las abejas.
“Por cada litro de miel consumida se produce un litro de agua de humedad
Esta humedad, en época de actividad, sale de la colmena mediante el mecanismo de ventilación que desarrollan.
Pero en invierno las abejas arracimadas no utilizan el batido de alas para ventilar, de manera que la colmena en sí debe estar dispuesta para que se favorezca la ventilación sin la intervención de las abejas.
Si la colmena está en la sombra en lugares de poca ventilación y alta concentración de humedad la combinación es explosiva, derivando en una permanente situación de estrés de la colonia y un ambiente muy favorable para el desarrollo de algunas enfermedades como la ascoferosis (micosis producida por Ascosphaera apis), nosemosis (parasitosis causada por Nosema apis) o loque europea (enfermedad bacteriana por Melissococcus Plutón).
Disponibilidad de agua
Otro elemento imprescindible para la supervivencia es el agua. Si falta agua en el organismo éste intenta recuperarla de donde sea.
El primer efecto es el espesamiento de la hemolinfa, que provoca la salida de agua de los tejidos hacia la sangre y afecta al sistema nervioso y al respiratorio.
En estas condiciones las abejas se debilitan y se hacen muy sensibles ante cualquier otro proceso patológico.
Disponibilidad y/o calidad de alimento
El polen provee a la colonia de toda la proteína necesaria para el desarrollo del cuerpo y su normal funcionamiento.
Cuando tienen suficientes reservas las abejas mantienen un comportamiento relajado y no se sobrecargan de trabajo en invierno, pero si la colmena se queda sin reservas (esto es, sin miel operculada en una cámara melaria), salen desesperadas a buscar alimentos, y si pueden, a robarle a otra colmena su reserva (pillaje).
Y es que cuando les falta miel, falla el suministro de hidratos de carbono, no pueden producir energía, sobre todo calorífica, y disminuye su capacidad de mantener la temperatura constante, circunstancia especialmente grave en la zona de cría, que acaba paralizada.
Esta situación es especialmente dramática cuando además hay una baja temperatura ambiental.
Por otro lado, el exceso de néctar tampoco implica una mejora en la calidad de vida.
Cuando esto sucede, y sobre todo si concurren épocas de calor, de alta humedad ambiental o poca ventilación del colmenar, se produce una sobrecarga de trabajo de día y de noche que agota a las abejas haciéndolas muy agresivas, por lo que en tal situación llega a ser muy peligroso manipular las colmenas.
Además, debido al estrés, se produce un descenso en la tasa de proteína corporal, por la elevada demanda, con la consecuente disminución de su longevidad.
Cuando se da un periodo de bajo ingreso de polen (porque no haya o porque el que hay no tiene los nutrientes adecuados -sequía, polen de eucalipto, gramíneas o pino-), las abejas nodrizas no pueden desarrollar correctamente las glándulas hipofaringeas y por tanto no pueden alimentar a las larvas con jalea real.
En estos casos son las abejas viejas las que las alimentan.
La falta de polen también provoca en el organismo de las abejas "hambre de proteínas", que tratan de solucionar extrayendo proteínas de donde las haya, fundamentalmente del músculo y los intestinos.
Esta situación puede provocar daños celulares en estos tejidos, con la consiguiente disminución del peso corporal.
Paralelamente a ese proceso orgánico hay un aumento del instinto de recolección de polen, lo que hace que, si no lo encuentran, recolecten cualquier cosa que se le parezca (harina, polvo de paja, polvo de los pisos para ganado, etc.).
Influencia del cambio climático sobre la actividad de la colmena
Las abejas tienen actividades anuales que van asociadas a las condiciones climáticas.
Lo que está ocurriendo con el cambio climático es que determinados árboles adelantan su floración porque se adelanta la primavera, sin embargo, las abejas no salen debido al frío y se mueren de hambre.
El tiempo las engaña.
Aunque no se conozca la causa exacta del misterio de la extraña muerte de millones de abejas (síndrome de desabejado, CCD), el cambio climático que está sufriendo el planeta influye en el despoblamiento.

¿Y las radiaciones?
Las abejas utilizan los cristales de magnetita como magneto receptor. Jungreis (1987) investigó la habilidad de los insectos para viajar estacionalmente largas distancias, lo que requiere la utilización de algunos mecanismos hereditarios para encontrar la dirección adecuada.
Se hallaron partículas de magnetita biológicamente sintetizadas tanto en especies migradoras, que las utilizan como una brújula en el campo magnético terrestre, como en las especies no migrantes, para las que tienen una función todavía desconocida.
Desde hace meses se viene hablando de la misteriosa desaparición de enjambres enteros de abejas en distintos lugares del mundo, en especial en EE. UU. y determinados países europeos (España incluida).
Hay sospechas de que la radiación electromagnética podría interferir en los sistemas de navegación de las abejas, aunque no existen estudios concluyentes.            
Varios medios de comunicación han publicado con cierta regularidad noticias relacionadas con la crisis del sector apícola, producida entre otras razones, por las mortandades de abejas y despoblamiento de las colmenas de origen desconocido.
Teniendo en cuenta los efectos conocidos de las microondas sobre los insectos y en particular sobre las abejas, y habida cuenta de la proliferación de estaciones base en el campo, es necesario investigar si las radiaciones de telefonía están incidiendo de alguna manera en estas mortandades.
Varios autores (Ramirez et al., 1983) han demostrado la agitación, inquietud y el comportamiento agresivo que muestran las abejas expuestas a los campos electromagnéticos de las líneas de alta tensión.
En una interesante revisión, Balmori (2006) destaca entre otros, los estudios llevados a cabo por Ferdinand Ruzicka, investigador de la Universidad de Doz (Austria) y apicultor aficionado, quien explica cómo los problemas de sus abejas comenzaron tras la instalación de varias antenas de telefonía en las cercanías de sus colmenas (a 50 metros de una estación base y a 150 metros de otras tres más).
El investigador no encontró explicación a este comportamiento ni por enfermedades, ni por envenenamiento, culpando del mismo a la radiación de las antenas (Ruzicka, 2003).
En ese mismo artículo, se cita también las observaciones realizadas en 1997 por A. Firstenberg, relativas a la desaparición de abejas en la proximidad de antenas de telefonía en Nueva Zelanda señalando que las que recibían directamente el haz de radiación morían sin razón aparente.
Por el contrario, en dos estudios financiados por la NASA, de Westerdahl y Gary (1981a, b) no se encontraron diferencias en la mortalidad ni en el consumo de azúcares ni variaciones en la orientación del vuelo o la memoria en abejas que fueron irradiadas con microondas.
Conclusión
Como conclusión, podemos decir que son muchas las causas que producen estrés en estos insectos, y seguramente gran parte de la responsabilidad de tantas alteraciones está en el ser humano. Nuestro papel como Apicultores es ser conscientes de esta realidad.
Agentes químicos que afectan a la colmena
Podemos dividir en dos grupos los agentes químicos que actúan de forma negativa sobre la colmena.
1.     Pesticidas, plaguicidas y herbicidas
Las abejas son insectos muy sensibles a los efectos toxicológicos de los pesticidas.
Varias nuevas sustancias activas (neonicotinoides) inhiben los receptores de la acetilcolina, un neuro transmisor de gran importancia que puede llegar a modificar su comportamiento.
Además, ocasionan una disminución de las defensas naturales de las abejas, lo que las hace más sensibles a parasitaciones o infecciones.
En Galicia, España, los tratamientos químicos sobre el maíz están bajo sospecha, así como ciertos herbicidas (Paraquat) debido a sus efectos tóxicos; no obstante la situación no es tan alarmante como puede ocurrir en otras zonas de España ya que aquí no se utilizan plaguicidas de forma extensiva.
En otros países, productos como el Fipronil o Imidacloprid, utilizados en el tratamiento de cultivos de maíz y girasol han sido prohibidos por su alto poder tóxico para las abejas (Hernández, 2006).

Fuente Lafamiliaapicola

Apicultor

Ing. Vicente Giner

ABEJA DEL CABO (Apis melífera Capensis)


Se caracteriza por la capacidad de sus obreras de poner huevos fértiles de los que se pueden criar reinas y obreras, aunque éstos no hayan sido fecundados por zánganos.
Vive en un área muy limitada en la costa sudoeste de la República de Sudáfrica (región de la Ciudad del Cabo).
Estos huevos diploides, dependiendo como son alimentados por las abejas obreras, pueden desarrollar otra obrera o una Reina.
En el resto de las subespecies de Apis mellifera los huevos sin fecundar siempre son haploides (16 cromosomas) y dan lugar a abejas zánganos, nunca a abejas obreras.
Este proceso propio de Apis mellifera capensis, cuyas obreras parasitan colonias de la subespecie Apis mellifera scutellata, es propio y se denomina telitoquia.
Características Generales, Físicas y biológicas:
Nombre Científico: Apis mellifera capensis
Esta abeja tiene aspectos biológicos especiales; las obreras de esta raza tienen espermateca, pero mamás llena de esperma. En colonias sin reina, las obreras comienzan prontamente a poner huevos. Son conocidas por abejas sudafricanas y también por abejas "carceleras"
El ADN de estas abejas fue extraído, amplificado y ordenado para analizar las relaciones de subespecie con otras subespecies de Apis mellifera africanas. La región antedicha en el ADN mitocondrial fue analizado, sin duda pertenecen al grupo africano de subespecies.
Desde un punto de vista técnico estas abejas tienen también varias semejanzas con las abejas africanas, también la región especial de P, que falta en el grupo mediterráneo y que es 13 bases pares más larga en la subespecie africana que en las abejas negras del norte y de Europa occidental.
Una comparación de la región de P y de Apis mellifera Intermissa africanas se diferencia tanto que está claro que no pertenece a la subespecie Apis mellifera Intermissa.
 http://lafamiliapicola.blogspot.com/2016/06/curiosidades-abeja-de-el-cabo-apis.html
Todas las abejas africanas constituyen un grupo de varias ramas filogenéticas. Dos subespecies basadas en el material de Sudáfrica se pueden reconocer en el árbol genético. Los otros cambios en las abejas africanas no permiten identificar a las subespecies. Están relacionadas o emparentadas con las abejas de la Gambia y juntas estas abejas parecen formar un grupo independiente, probablemente una nueva subespecie.
Muchas de las otras extensiones son equivalentes a la de los grupos del oeste de África.
En conclusión, se relacionan de cerca con las abejas de África del oeste y especialmente con las abejas de la Gambia.
El estudio demuestra que la variación del ADN en las abejas africanas del oeste especialmente es tan grande, que el análisis morfológico y las variaciones del ADN son necesarios para delimitar y describir probablemente varias nuevas subespecies en África.
Hábitat: Nativa de la Provincia del Cabo, en Sudáfrica.
Curiosidades; Las abejas sudafricanas adoptan una estricta política de encarcelamiento para los molestos parásitos que aterrorizan a sus parientes en Europa. Con una técnica muy agresiva, y haciendo gala de un efectivo trabajo en equipo, las abejas sudafricanas del Cabo aprisionan a los escarabajos.
Los encierran en una “cárcel” de una sustancia de consistencia gomosa que los aísla definitivamente de las larvas y los depósitos de alimento. Allí los escarabajos morirán.
Las abejas obreras pueden poner huevos diploides (32 cromosomas) sin necesidad de ser fecundadas.
En colonias sin reina, las obreras comienzan prontamente ha poner huevos que, en un alto porcentaje sin haber sido fecundados, dan origen a hembras.
“Por lo tanto pueden criarse Reinas de estos huevos de hembras”.
Fuente; La familia de la Apicultura

Apicultor

Ing. Vicente Giner

22/8/16

¿SON REALMENTE DE INFERIOR CALIDAD LAS REINAS HECHAS CON MÉTODOS SEMINATURALES?



Según Ruttner no difieren un método de otro mientras se parta de crías jóvenes.
Se reconoce que las reinas de enjambrazón o de reemplazo son superiores, pero resulta poco práctico utilizar esos sistemas como métodos de reproducción masiva de colmenas. Y sin lugar a dudas el método de cría de reinas con traslarve es el más práctico de todos y permite hacer una producción a escala comercial.

El sistema de cría de reinas con traslarve es el más indicado para un criadero comercial, pero un apicultor de pequeña o mediana envergadura que no cuenta con todas las instalaciones para el traslarve, con insuficiente cantidad de colmenas y sin personal especializado, puede hacer sus propias reinas y núcleos de excelente calidad, con los métodos Seminaturales. Lógicamente que este criterio no siempre es compartido por los criadores de reinas por razones más que obvias.


El método de traslarve puede producir reinas de mala calidad si no se tienen en cuenta los siguientes pasos esenciales:

Tener las colmenas madres, criadoras y continuadoras muy cerca de la sala de traslarve, de tal manera que el operativo se realice en el menor tiempo posible a fin de evitar la deshidratación de las larvas. La transferencia no deberá insumir más de 3 minutos por barra. El cuadro con las larvas no deberá estar fuera de la colmena por más de 30 minutos.
No exponer los cuadros con crías al sol ni al viento.
Mantener la sala de extracción limpia, a temperatura y humedad adecuada
Realizar con mucha suavidad el traslarve para que no se lastime la larva
Utilizar jalea real fresca, recién extraída para cebar a las celdillas artificiales
Tener mucha experiencia en la elección de las larvas más jóvenes.
Si no se tiene en cuenta estos requisitos o se descuidan los detalles, la calidad de las futuras reinas se verá comprometida y las abejas muy pronto la reemplazarán por una reina echa por ellas mismas, que son de muy buena calidad. Para que se entienda voy a dar un ejemplo que puede ser muy común en algunos criadores inexpertos y es el hecho de utilizar jalea real importada de China, que estuvo pasando por varias manos y tal vez perdiendo la cadena de frío para llegar después a ser el alimento -“diluido”- de las futuras reinas del criadero.


A pesar de tener todas las precauciones mencionadas el sistema artificial tiene los siguientes inconvenientes:
Se interrumpe la alimentación natural de la larva y se le aporta una alimentación diluida de ceben, (mitad agua, mitad jalea real).
La jalea real que se aporta no es absolutamente fresca y recién producida como en los métodos naturales,
La jalea real utilizada es la producida al tercer día de vida de las larvas. Se sabe que la calidad de la jalea cambia a medida que crece la larva, de manera que a una larva de un día se le saca su alimento adecuado a su edad y se le cambia por alimento para una larva de tres días y diluido con agua destilada.
Por más suave que sea el apicultor, por más rápido y precavido que sea, la larva, en mayor o en menor medida, se estresa por el manipuleo.
El Doble traslarve, si bien es mejor porque permite alimentar a las larvas con jalea fresca y abundante, igualmente inicia la alimentación de una larva de un día, con jalea apta para alimentar larvas de 3 días.


VENTAJAS DE LAS CELDAS OBTENIDAS CON MÉTODOS SEMINATURALES
Las celdas reales Seminaturales confeccionadas de la forma que se indicó, tienen la ventaja de que:
En ningún momento se tocan las larvas y el manipuleo es mínimo.
No se interrumpe en ningún momento la alimentación de la larva.
En todo momento recibe la alimentación con jalea real producida en ese instante, recibe el alimento acorde a su edad.
La única objeción que se puede hacer es de que algunas larvas son elegidas a partir del segundo día y no desde el primer día, lo que puede subsanarse retirando al cuarto día los cuadros con las celdas y eliminando todas las que estén operculadas, de manera que queden solamente las que se iniciaron el primer día de vida de la larva.

Fuente consultada; Noticiasapicola


Apicultor Ing. Vicente Giner

Ubicación de las colmenas en los cruces de Energía Telurica


Energías Telúricas:
Son las que provienen, circulan y emanan continuamente de la superficie terrestre y del subsuelo.
Tipos de Energías Telúricas:
Redes de Hartmann, Fallas en el terreno, Cuevas y Cavidades Subterráneas, Gases Radiactivos, Venas de agua subterráneas y Acuíferos, Red Diagonal Curry, Terrenos no Homogéneos y los Puntos Estrella
Las colonias de abeja en la naturaleza eligen los lugares en el que asentarán su nido y no siempre concuerda con lo que nosotros creemos que es mejor para ellas. Parece caprichoso, muchas veces noté que en vez de entrar el enjambre en una colmena vacía armada con 10 cuadros limpios labrados, optan por ocupar otro cajón contiguo, vacío, roto y lleno de mugre.
Hay lugares preferidos para anidar por los enjambres y otros donde jamás bajan ¿Serán las energías telúricas como dicen Hartmann y Curry? Hay algo que influye sobre la abeja para que esta se sienta mas cómoda en un lugar que en otro. Podrán ser las fuerzas magnéticas o no, pero lo importante es saber detectar los lugares preferidos por las abejas en forma natural, antes de ubicar nuestros colmenares.
                                  
Energías Telúricas y los animales:
Los animales y las plantas son mucho más sensibles a las emisiones de energía que los seres humanos. Llámesele instinto, sexto sentido o identificación con las fuerzas de la naturaleza, lo cierto es que los animales poseen una capacidad especial para detectar las energías sutiles de la Tierra, un don que, como se ha señalado anteriormente, ya era conocido por los pueblos de la antigüedad y que también ha podido constatarse en la actualidad por numerosos estudios científicos, así como por diversos hechos históricos (por ejemplo, el aullido o la inquietud de los perros antes de algún devastador terremoto).
Los perros evitan las influencias nocivas, y si rechazan un lugar determinado, en la casa o al aire libre, es señal evidente de que éste desprende energías negativas. Las vacas, asimismo, jamás permanecen mucho tiempo en lugares malsanos, y si se ven obligadas a hacerlo dan menos leche, el pelo se les vuelve lacio e incluso pueden llegar a padecer esterilidad. Sin embargo, así como los animales de granja más comunes eligen los lugares benéficos, hay otros muchos que prefieren los que desprenden energías negativas, por ejemplo: El gato, las termitas, avispas, hormigas y las abejas. Hace mas o menos un año que ubiqué a las colmenas en los cruces de las lineas de Hartmann y ahora casi todas comparten el lugar con termiteros, algunos hasta envuelven a las colmenas y otros están disimulados bajo el piso. Medimos los cruces con las varillas y en los lugares donde se metieron los enjambres silvestres; todos están en los cruces Hartmann, al igual que los termiteros y los nidos de las avispas.
Orientación de las colmenas: Dicen que en la naturaleza las abejas construyen los panales en sentido norte- sur magnético y no de este a oeste como acostumbramos colocar los apicultores, y a decir verdad casi todos las colonias silvestres que observé tienen esa posición norte sur de sus panales al menos en el nido de cría. Actualmente estamos reacomodando las colmenas en ese sentido con las piqueras mirando al norte.
Si la abeja en forma natural se ubica en los cruces de energía, con los panales de cría con orientación norte sur, con una distancia entre panales de 3.2 cm en nuestro caso, con celdillas de 4.9 mm y con una posición uniforme de la formaciones “Y”; ¿Por qué no hacer lo mismo en nuestras colmenas, si por millones de años les dio buenos resultados a las abejas en forma natural, con seguridad que ocurrirá lo mismo en nuestras colmenas.
“Las colonias que no cumplen con esas condiciones que impone la naturaleza, que viven a contramano de las leyes naturales; son mas agresivas, cambian seguido su reina, o enjambran, se llenan de parásitos, y/o enfermedades. En una palabra, viven en un estado de estrés permanente. Esto en parte explicaría por si solo el porqué una colonia que se instala a voluntad en el bosque no sufre de enfermedades y las colonias que nosotros cuidamos son muy propensas a parasitarse o enfermarse”.
Fuente consultada; Noticiasapicolas

Apicultor Ing. Vicente Giner

21/8/16

PROTEGER A LAS ABEJAS PRESERVAR NUESTRO FUTURO



 En todas las regiones del mundo, la apicultura forma parte integral de la agricultura, ya sea como actividad principal o complementaria. A menudo, se practica a pequeña escala y constituye un modo de producción tradicional en numerosos países. El tamaño de las empresas apícolas depende del contexto socioeconómico: en ciertos países, bastan veinte colonias de abejas para la subsistencia de una familia completa, mientras que, en otros, una sola empresa puede contar hasta con 2.000 colmenas.

La miel y la jalea real son un ejemplo de alimentos de gran valor, fruto de las actividades melíferas. Además, las abejas tienen una función preponderante en el equilibrio de los ecosistemas, puesto que son las principales polinizadoras de las plantas, tanto silvestres como cultivadas, y facilitan así su perennidad y la biodiversidad. Gracias a las abejas, el hombre obtiene cosechas abundantes de frutas y verduras, lo que contribuye a la seguridad alimentaria mundial. 
  
La desaparición de este polinizador clave, ya sean de cría o salvajes, representaría un desastre en términos biológicos, agronómicos, medioambientales y económicos. Preservar la buena salud de estas poblaciones de insectos polinizadores, que agrupa más de 17.000 especies referenciadas, constituye un desafío sanitario crucial que merece toda la atención de la comunidad mundial. 
  
Es muy difícil diagnosticar y controlar las enfermedades de las abejas melíferas que viven únicamente como colonias altamente socializadas. Las observaciones clínicas y de diagnóstico son aún más determinantes en este campo que para otras especies del reino animal. 
  
A pesar de enfrentarse a grandes dificultades, se observa que, pese a la función esencial de las abejas, se presta menos atención a la apicultura que a otros sectores de la producción animal. 


De hecho, la evolución de las prácticas agrícolas tiene grandes consecuencias sobre las poblaciones de abejas e insectos polinizadores silvestres. En casi todos los casos, las enfermedades de las abejas son elementos agravantes de otros factores que contribuyen a la destrucción de las colonias, como el uso no responsable de los pesticidas.
El incremento de las superficies cultivadas por polinizar intensifica el recurso a la apicultura migratoria, lo que agrava las dificultades de control de las enfermedades y favorece la transmisión de enfermedades entre las colonias. Por su parte, el desarrollo de monocultivos genera un empobrecimiento de las especies vegetales cultivadas y, por lo tanto, de los nutrientes disponibles para las colonias. La contaminación medioambiental, de todo tipo, también constituye una fuente de intoxicación para las abejas y de debilitación de las colonias. 

Esta situación se asocia con una falta de interés de las empresas farmacéuticas, un arsenal terapéutico limitado, y con la ausencia de formación de numerosos apicultores cuya pasión y empirismo no siempre pueden compensar la carencia de conocimientos de orden técnico. De este modo, se falla en la detección de los primeros síntomas de enfermedades y en la aplicación de las medidas de bioseguridad apropiadas dentro de las colmenas, y, desgraciadamente, se impulsa el uso inadecuado de productos terapéuticos. 
  
Frente a esta inquietante situación, y teniendo en cuenta su mandato de mejorar la sanidad y la protección de los animales en el mundo y, a la vez, luchar contra la pobreza y el hambre, recientemente, la OIE reafirmó su compromiso con el sector e integró la mortalidad y las enfermedades de las abejas como una de las prioridades de su Plan Estratégico 2011-2015. No obstante, la salud de las abejas no es un tema nuevo para la
OIE (La Organización Mundial de Sanidad Animal) la primera resolución al respecto fue adoptada en 1947 por los Delegados de los Países Miembros. 
  
Más allá de la muy mediatizada disminución de las colonias de abejas melíferas durante estos últimos años en América del Norte, Europa o Japón, la OIE realiza un trabajo de fondo destinado a brindar a los servicios veterinarios de todo el mundo recomendaciones coherentes y basadas en fundamentos científicos en cuanto a las enfermedades de las abejas y las precauciones que se deben tomar para evitar la transmisión transfronteriza.  

Es un hecho que la mundialización de dichas enfermedades se explica, sobre todo, por la falta de control por parte de los servicios públicos de los intercambios transfronterizos de los genitores, el material genético o los productos derivados de la agricultura. Resulta primordial recordar que, en general, la mortalidad de las abejas se debe a las enfermedades habituales, entre ellas, las 6 principales infestaciones de la Lista de la OIE causadas por:
Acarapis woodiPaenibacillus larvae, Melissococcus  plutoniusAethina tumidaTropilaelaps  spp y Varroa spp.

El ácaro Varroa, pequeño artrópodo responsables de la varroasis, ya ha invadido casi todo el planeta y provoca, solo o asociado a otros factores de origen viral o químico, daños considerables en las abejas a escala mundial. 
  
Por lo tanto, se han elaborado normas sanitarias internacionales relativas a estas enfermedades, democráticamente adoptadas por los 178 Países Miembros. En particular, este trabajo permite establecer certificaciones oficiales que aporten garantías confiables para los intercambios comerciales de genitores, material genético o productos de la apicultura. 
  
Asimismo, la OIE promueve un refuerzo de las capacidades de los Servicios Veterinarios nacionales, con el fin de mejorar la calidad de la vigilancia de las colmenas y las observaciones realizadas en el terreno. Con esta perspectiva, todos los años, se organizan talleres de formación y la red de expertos de la Organización se pone a disposición de los Países Miembros interesados. 
  
La notificación de los eventos sanitarios por parte de los Países Miembros de la OIE es una obligación estatutaria. La transparencia de la información sanitaria es una condición primordial para la gestión de las enfermedades debido al mayor riesgo de propagación de las enfermedades resultado de la trashumancia de las colonias, el comercio regional e internacional de las abejas vivas, el material genético y apícola y los productos de la colmena.
El comercio de reproductores o huevos por internet y por remesa constituye un poderoso factor de mundialización de las enfermedades de las abejas. 

Cabe destacar la contribución de la OIE a la difusión mundial de la información técnica y científica gracias a sus publicaciones consultables en línea, de forma gratuita. 
  
La preservación de la salud de las abejas, ya sean de cría o salvajes, forma parte de la buena gestión del medioambiente, la seguridad alimentaria y la valorización de la agricultura mundial. Dejar este aspecto de lado y transformarse en mero testigo de la disminución de las poblaciones de abejas en nuestro planeta traería graves consecuencias, tanto medioambientales, como agronómicas y económicas.

La armonización de la gestión sanitaria de las abejas merece toda la atención por parte de la comunidad internacional, puesto que preservar las abejas es preservar nuestro futuro.

Algunos cafés presentan niveles altos de micotoxinas.



El análisis de un centenar de cafés que se comercializan en algunos paises de Europa, como en España, ha confirmado que contienen micotoxinas, unos metabolitos tóxicos producidos por los hongos. Además, en cinco de las muestras se superaban los niveles permitidos de la única micotoxina legislada, la ocratoxina A. Los autores destacan que los resultados no son alarmantes, pero recomiendan evaluar el riesgo que supone para la población la exposición a las micotoxinas en el café, así como revisar los procesos de producción para reducir estos contaminantes naturales.

El estudio confirma la presencia de fumonisinas, aflatoxinas, tricotecenos y micotoxinas emergentes en el café. 
Las micotoxinas son una familia de compuestos producidos por hongos filamentosos, como  Aspergillus o Fusarium, que pueden causar enfermedades y problemas para la salud. Ahora, investigadores de la Universidad de Valencia han analizado su presencia en 103 muestras comerciales de café recogidas en diversos supermercados de su ciudad.
Los resultados, que publica la revista Food Control, confirman la presencia de fumonisinas, aflatoxinas, tricotecenos y micotoxinas emergentes en concentraciones que oscilan entre 0,10 y 3.570 microgramos por kilogramo (μg/kg).
Las micotoxinas pueden llegar a ser cancerígenas, pero aún no se ha evaluado el riesgo por su presencia en el café
Estas sustancias pueden llegar a ser cancerígenas, hepatotóxicas y afectar al sistema hormonal e inmunológico, pero no se puede determinar si los niveles encontrados son preocupantes porque en la actualidad aún no se ha realizado la evaluación del riesgo para la población por la presencia simultánea de micotoxinas en el café y, por tanto, apenas existe normativa al respecto para este alimento.
“La única micotoxina legislada es la ocratoxina A, que hemos detectado en bajas concentraciones en el café, aunque en cinco de las muestras se excedían los límites máximos permitidos”, explica a Sinc Emilia Ferrer, una de las autoras.
La normativa europea fija un contenido máximo de ocratoxina A –asociada a nefropatías y tumores uroteliales en humanos– en los productos alimenticios de 5 μg/kg en el café tostado en grano o molido, y de 10 μg/kg para el café soluble o instantáneo.
Las cinco muestras que superaron esos valores fueron dos de café descafeinado (6,20 y 9,30 μg/kg), otras dos de café en cápsulas con cafeína (6,91 y 11,43 μg/kg), y una de café en cápsulas descafeinado (32,40 μg/kg), que superó más de seis veces el límite de la normativa.

Prestar más atención a estos contaminantes
“La ausencia de legislación en el café para el resto de las micotoxinas detectadas, sus efectos tóxicos y los valores de concentración obtenidos hacen necesario prestar especial atención a estos contaminantes en un producto tan consumido”, apunta la Doctora Ferrer.
La investigadora también considera necesario “estudiar la influencia de los diferentes tratamientos tecnológicos, que se aplican en la elaboración del café sobre el contenido de las micotoxinas en el producto final, para evaluar la exposición de la población, así como analizar los procesos de producción y secado de este producto para evitar o disminuir la contaminación”.
En la realización de los análisis, los investigadores han utilizado una metodología denominada 'cromatografía líquida acoplada a espectrometría de masas en tándem', donde se combina una técnica de separación de moléculas a otra para identificarlas según su peso. En la actualidad estudian la posible reducción o interacción de las micotoxinas con los componentes del café y otros alimentos, porque no todas se comportan igual, además de observar cómo afectan los distintos tratamientos tecnológicos, como las temperaturas y los tiempos, por ejemplo.


Referencia bibliográfica:
Ana García-Moraleja, Guillermina Font, Jordi Mañes, Emilia Ferrer. “Simultaneous determination of mycotoxin in comercial coffee”. Food Control 57: 282–292, noviembre de 2015.


11/8/16

Varroa el Parasito se inmuniza a los plaguicidas


La varroa, el ácaro que a mediados de los años 80 provocó prácticamente la desaparición de las colmenas de abejas silvestres en la península Ibérica, está desarrollando resistencias –se está inmunizando- a los productos químicos que se utilizan para frenar sus efectos entre estos insectos, básicos para la polinización de los vegetales.
Los apicultores temen encontrarse la próxima primavera con mermas de más del 30 % de la cabaña si los nuevos sistemas que están aplicando de manera experimental este invierno no dan resultado. En ese caso, los efectos de la inmunización de la varroa no serán solo económicos, sino también ambientales.
Una de las principales conclusiones del Encuentro Estatal del Sector Apícola que la organización agraria COAG celebró hace unas semanas fue la “necesidad de reeducación en el sector sobre la estrategia de lucha frente a la varroa”, ante “el agotamiento de los principios activos disponibles en el mercado” para su tratamiento, especialmente “si no están acompañados de un adecuado sistema de manejo en la explotación”.

“Después de 30 años ha desarrollado resistencias”

“Después de 30 años luchando contra este ácaro, ha desarrollado resistencias contra el espectro de productos químicos que venimos utilizando desde mediados de los años 80”, explica Ángel Díaz, responsable estatal del sector apícola de COAG, quien destaca que “algunas de esas resistencias o inmunizaciones han sido demostradas científicamente, y otras han sido ya detectadas en los campos”.
La varroa, un ácaro parasitario del tamaño de una cabeza de alfiler, que se alimenta de la sangre de las abejas y que puede llegar a exterminar las colonias en apenas tres años, “es crónica en toda la península Ibérica”, señala Díaz, que explica que su presencia provoca habitualmente bajas de “entre el 25 % y el 30 % de las colmenas, aunque en algunas zonas de España supera el 50 % y el 60 %”.
Los panales se tratan en invierno con productos químicos, aunque los apicultores han comenzado a experimentar con hongos y otros tratamientos no sintéticos –ácidos incluidos-, y en primavera se ven los efectos.
“Tras la hecatombe ambiental de los años 80, que acabó con las colmenas silvestres, la colonia de abejas está viva por los apicultores, prácticamente el 100 % de la que hay en la península es productiva”, señala Díaz. El sector explota hoy 2,6 millones de colmenas. “Son más que hace unos años, tenemos muchas más, pero producen menos”, explica, por los efectos del ácaro, cuya inmunización a los productos que se utilizan para combatirla está mermando la cabaña.

“Las abejas de colmenas con varroa polinizan, pero su número desciende”, advierte, antes de señalar que “tenemos claro que este problema lo hemos de atacar desde varios puntos de vista” y utilizar nuevos métodos y otros productos. Estos, catalogados como medicamentos de uso veterinario, deben ser autorizados por la Administración y prescritos por un especialista.
La Radiografía Social del Medio Ambiente en España destaca la “vulnerabilidad” que la agricultura presenta en varias zonas de España “ante el declive de las abejas y otros polinizadores”. En el caso de Aragón, señala que “el 68 % de los principales cultivos para el consumo directo humano dependen de la polinización por insectos” y que su agricultura “tiene un ratio de vulnerabilidad del 17,3 %” con respecto a esos animales, lo que la convierte en “la cuarta Comunidad más amenazada por la pérdida de insectos polinizadores”.
El ratio de vulnerabilidad mide “la relación entre el valor económico de la polinización y el valor económico total” del cultivo, por lo que “cuanto más alto sea el valor económico de la polinización mayor será la vulnerabilidad”.
Amenazas por la reducción de la diversidad vegetal y el cambio climático
Organizaciones como Greenpeace han llamado la atención sobre los efectos de la varroa en las abejas. Además de debilitarlas, señala la entidad ecologista en su estudio El declive de las abejas, “también puede propagar enfermedades virales y bacterias. Sus efectos son graves y, si no se controlan, suelen llevar a la muerte temprana de colonias”. Los conservacionistas, por otro lado, también alertan de la presencia de residuos de acaricidas en el polen del que se alimentan los propios insectos.
Greenpeace, que en otro estudio, titulado La pesada carga de las abejas, aboga por la prohibición de algunos plaguicidas –acaricidas, entre ellos-, señala que “la destrucción o dispersión de los hábitats naturales y seminaturales, con la expansión paralela de los monocultivos y la reducción de la diversidad vegetal silvestre, también pueden desempeñar un importante papel en dificultar la capacidad de supervivencia de las poblaciones de polinizadores”.
A esos factores, añade, se sumarían “los erráticos patrones climatológicos derivados del cambio climático como un nuevo elemento cada vez más importante, si bien de momento sus efectos aún son difíciles de caracterizar, predecir o atribuir”.
Fuente: eldiario.es

Apicultor

Ing.Vicente Giner

Varroa el Parasito se inmuniza a los plaguicidas

La varroa, el ácaro que a mediados de los años 80 provocó prácticamente la desaparición de las colmenas de abejas silvestres en la península Ibérica, está desarrollando resistencias –se está inmunizando- a los productos químicos que se utilizan para frenar sus efectos entre estos insectos, básicos para la polinización de los vegetales.
Los apicultores temen encontrarse la próxima primavera con mermas de más del 30 % de la cabaña si los nuevos sistemas que están aplicando de manera experimental este invierno no dan resultado. En ese caso, los efectos de la inmunización de la varroa no serán solo económicos, sino también ambientales.
Una de las principales conclusiones del Encuentro Estatal del Sector Apícola que la organización agraria COAG celebró hace unas semanas fue la “necesidad de reeducación en el sector sobre la estrategia de lucha frente a la varroa”, ante “el agotamiento de los principios activos disponibles en el mercado” para su tratamiento, especialmente “si no están acompañados de un adecuado sistema de manejo en la explotación”.

“Después de 30 años ha desarrollado resistencias”

“Después de 30 años luchando contra este ácaro, ha desarrollado resistencias contra el espectro de productos químicos que venimos utilizando desde mediados de los años 80”, explica Ángel Díaz, responsable estatal del sector apícola de COAG, quien destaca que “algunas de esas resistencias o inmunizaciones han sido demostradas científicamente, y otras han sido ya detectadas en los campos”.
La varroa, un ácaro parasitario del tamaño de una cabeza de alfiler, que se alimenta de la sangre de las abejas y que puede llegar a exterminar las colonias en apenas tres años, “es crónica en toda la península Ibérica”, señala Díaz, que explica que su presencia provoca habitualmente bajas de “entre el 25 % y el 30 % de las colmenas, aunque en algunas zonas de España supera el 50 % y el 60 %”.
Los panales se tratan en invierno con productos químicos, aunque los apicultores han comenzado a experimentar con hongos y otros tratamientos no sintéticos –ácidos incluidos-, y en primavera se ven los efectos.
“Tras la hecatombe ambiental de los años 80, que acabó con las colmenas silvestres, la colonia de abejas está viva por los apicultores, prácticamente el 100 % de la que hay en la península es productiva”, señala Díaz. El sector explota hoy 2,6 millones de colmenas. “Son más que hace unos años, tenemos muchas más, pero producen menos”, explica, por los efectos del ácaro, cuya inmunización a los productos que se utilizan para combatirla está mermando la cabaña.

“Las abejas de colmenas con varroa polinizan, pero su número desciende”, advierte, antes de señalar que “tenemos claro que este problema lo hemos de atacar desde varios puntos de vista” y utilizar nuevos métodos y otros productos. Estos, catalogados como medicamentos de uso veterinario, deben ser autorizados por la Administración y prescritos por un especialista.
La Radiografía Social del Medio Ambiente en España destaca la “vulnerabilidad” que la agricultura presenta en varias zonas de España “ante el declive de las abejas y otros polinizadores”. En el caso de Aragón, señala que “el 68 % de los principales cultivos para el consumo directo humano dependen de la polinización por insectos” y que su agricultura “tiene un ratio de vulnerabilidad del 17,3 %” con respecto a esos animales, lo que la convierte en “la cuarta Comunidad más amenazada por la pérdida de insectos polinizadores”.
El ratio de vulnerabilidad mide “la relación entre el valor económico de la polinización y el valor económico total” del cultivo, por lo que “cuanto más alto sea el valor económico de la polinización mayor será la vulnerabilidad”.
Amenazas por la reducción de la diversidad vegetal y el cambio climático
Organizaciones como Greenpeace han llamado la atención sobre los efectos de la varroa en las abejas. Además de debilitarlas, señala la entidad ecologista en su estudio El declive de las abejas, “también puede propagar enfermedades virales y bacterias. Sus efectos son graves y, si no se controlan, suelen llevar a la muerte temprana de colonias”. Los conservacionistas, por otro lado, también alertan de la presencia de residuos de acaricidas en el polen del que se alimentan los propios insectos.
Greenpeace, que en otro estudio, titulado La pesada carga de las abejas, aboga por la prohibición de algunos plaguicidas –acaricidas, entre ellos-, señala que “la destrucción o dispersión de los hábitats naturales y seminaturales, con la expansión paralela de los monocultivos y la reducción de la diversidad vegetal silvestre, también pueden desempeñar un importante papel en dificultar la capacidad de supervivencia de las poblaciones de polinizadores”.
A esos factores, añade, se sumarían “los erráticos patrones climatológicos derivados del cambio climático como un nuevo elemento cada vez más importante, si bien de momento sus efectos aún son difíciles de caracterizar, predecir o atribuir”.
Fuente: eldiario.es
Apicultor

Ing.Vicente Giner