La historia en otros países de América (por ejemplo
Venezuela ) no ha tenido el mismo resultado, con la colonización de la abeja
extranjera (un otro nombre es el de abeja asesina.) Se observo un abandono generalizado
de las explotaciones apícolas por los productores de miel por algunos años.
Perdieron más del 50% de los productores y cosecharon menos del 50-79% de miel
casi en todos los países.
En el caso de Argentina, las abejas
africanas solo han invadido las provincias del norte. Los apicultores de esa
región han logrado contrarrestar el problema, al desarrollar una tecnología
efectiva de manejo que les permite seguir en la actividad. Hay una zona de
transición y al sur solo hay abejas italianas. La mayoría de la producción de
miel se da con la abeja Italiana – Argentina ocupa el segundo o tercer lugar en
el mundo en su producción.
Lamentablemente, en los países
mencionados han ocurrido percances con personas, algunos de ellos de
consecuencias fatales, generalmente por falta de precaución ante la
irritabilidad de las abejas africanas. Por estos incidentes algunos conocen
estas abejas como “las abejas asesinas.” Algunos de estos “accidentes”
ocurrieron con colonias silvestres pero otros con la culpabilidad del
apicultor. Ellos han pagado por la muerte de animales y casi todos los apiarios
han sido remplazados a lugares más aislados. En Venezuela por ejemplo más de
100 personas murieron en el primer año del arribo de la abeja africana pero
aparentemente menos en otros países.
Inicialmente se tuvo la esperanza que estas abejas
no puedan cruzar el área del Amazona pero no fue así. Al continuar su
emigración constante, las abejas africanas avanzaron por el estrecho del Panamá
en 1982 y fue detectada en México en 1986 y EEUA en 1990. Ahora en las
Américas, solo Chile, Canadá y algunas islas pequeñas del Caribe no tiene la
población de esta raza.
Fuente
Consultada; Noticias Apicolas
Apicultor
Ing. Vicente Giner