8/1/17

Beneficios y complicaciones de la estimulación temprana.


Con el propósito de hacer coincidir la curva de crecimiento de la colmena con la curva de floración, muchos apicultores estimulan la postura de la Reina.                                      
La floración por lo general es gradual, en vísperas de primavera comienzan a aparecer las  primeras flores.
Al principio las abejas comienzan a ingresar con poco polen y poco néctar porque la naturaleza no lo aporta en grandes cantidades, pero no nos olvidemos que las cosas no están hechas al azahar, si las abejas tuvieran mucho polen y mucho néctar de golpe no lo podrían utilizar porque no hay suficiente cantidad para acopiarlo, alimentar las crías ni calentar el nido. Pero la naturaleza no hace eso, provee de alimentos en forma gradual, al principio pocas flores, poco néctar y poco polen. Gradualmente en sintonía con el incremento de la floración se produce el incremento de la población de abejas para llegar al pico de floración  con la cantidad suficiente para aprovechar esa gran oferta floral.
Un poco después, con las reservas completas y saturadas de abejas jóvenes; la colmena decide multiplicarse y comienzan a salir los primeros enjambres.
Las flores de finales del invierno tienen pólenes con bajo tenor de proteínas, pero no afecta la nutrición, porque el desarrollo de la colmena es lento y por lo tanto la demanda de proteínas es también baja.
Ciclo de proteínas
Al terminar el periodo de receso, en la colmena la mayor parte de las proteínas están en forma de “proteína corporal o vitelogenina”en el abdomen y cabeza de las “abejas longevas de invierno” y algo menos en forma de polen ensilado.
La vitelogenina se transforma gradualmente en jalea real para las crías y el resto de los individuos de la colmena. A medida que aumenta la oferta floral la Reina incrementa la postura y a su vez su demanda en jalea real, lo mismo pasa con el resto de los individuos, las pecoreadoras comienzan a gastar energía y necesitan de calorías en forma de miel y néctar, pero a su vez demandan algo de jalea que es aportada por las “abejas jóvenes longevas”. Estas, utilizan el polen ensilado pero si no es suficiente utilizan la proteína corporal. Mientras no se produzcan altos niveles de consumo por parte de la colmena de la jalea real, las reservas de vitelogenina de las abejas jóvenes se mantiene dentro de límites razonables y pronto las nuevas abejas nodrizas suplantan a las “jóvenes longevas” y se reactiva el ciclo armoniosamente. En la medida que la colmena acumula proteína corporal puede incrementar la población.
¿Qué puede suceder si estimulamos temprano la postura de la Reina con jarabe solamente?
Un alto ingreso de néctar (jarabe en este caso), estimula la postura de la reina y esta demanda más jalea real a las “abejas jóvenes longevas”, el nacimiento de la cría estimula la recolección de polen a las pecoreadoras y salen en busca de tan preciado alimento, recorren kilómetros y kilómetros en busca del polen, y este a veces ni  aparece. Algunas abejas agotadas vuelven a las colmenas en demanda de miel y jalea real que proveen las “abejas jóvenes longevas”, otras cansadas intentan el regreso que a veces no logran por el gran desgaste producido.
Las abejas jóvenes se desgastan consumiendo la proteína corporal y subalimentando a las larvas y en algunos casos comiéndose los huevos recién puestos por la Reina (canibalismo), y rápidamente la colmena se ve despoblada. Un poco porque muchas están en el campo buscando polen y néctar, otras ya no regresan y las jóvenes y desgastadas abejas longevas aparte de mal alimentar a las larvas, no pueden calentar el nido.
El nido está muy húmedo y no hay abejas para ventilarlo. En vez de anticiparnos a la gran floración, conseguimos despoblar el nido, enfriar la cría y estresar la colmena con muchas probabilidades de enfermarse de lo que sea, ya que su sistema inmune queda deprimido.
Supongamos que tenemos buena provisión de polen. En este caso lo mismo la colmena se estresa porque son las abejas nodrizas las especializadas en transformar el polen en proteína corporal y este en jalea. Las “abejas jóvenes longevas” ya perdieron parte de esa capacidad y las pecoreadoras ya han transformado las glándulas. Al aumentar la demanda se induce a las jóvenes y pecoreadoras a consumir polen en un intento de equilibrar la colmena y no lo pueden digerir correctamente, Este es un síntoma muy parecido al de la nosemosis.
Por último, el solo hecho de abrir la colmena y romper algunos panales con miel  levanta vapores volátiles que estimulan el pillaje y dan más actividad a la dormida colmena.
El pillaje debilita por partida doble a la colmena, pierde abejas y reservas.
Hay apicultores que se pasan revisando innecesariamente sus colmenas lo que de por si las debilita y luego las estimula con jarabe para ponerle el “moño a las enfermedades que vendrán”.
¿Y si se aporta jarabe con sustitutos proteicos?
Esto parecería ser mejor, jarabe en vez de néctar y algún sustituto de polen que aporte las proteínas. Se espera que el nido evolucione más equilibrado, que la reina incremente la postura y las abejas tengan los nutrientes para alimentarse y alimentar la cría, pero de todas maneras el crecimiento debería ser gradual ya que no hay suficientes abejas para hacer todas las tareas. Si la reina se entusiasma estimulada por algún veranillo prolongado, cuando vuelva el frío faltarán abejas para calentarlo con el riesgo de que se muera mucha cría o que se debilite con nefastas consecuencias.
Jarabe con el agregado de polen
Esto es todavía mejor, el jarabe aportará la fase calórica y el polen las proteínas, vitaminas, cofactores y el 5 por ciento de grasa, pero de todas maneras la colmena tendría que crecer en forma gradual y equilibrada. A no olvidarse de que las abejas longevas de invierno no son nodrizas.

En resumen
1. Suplementar con jarabe solo, a fin de estimular la postura de la reina y de esa manera lograr hacer coincidir la curva de floración con la curva de crecimiento de la colonia no es viable: Además del costo extra que representa, se produce un efecto contrario, se reduce aún mas la población y se favorece la proliferación de enfermedades.
2.Suplementar con jarabe y sustitutos de polen , además del alto costo extra que representa, aporta una nutrición incompleta, y se corre el riesgo de que un veranillo estimule de mas la postura y si vuelve el frío, “que siempre vuelve”, enfríe la cría por falta de abejas para calentarla.
3. Suplementar con jarabe y polen aporta una muy buena nutrición pero además del alto costo que esto representa se corre el riesgo de que el frío nos haga una mala jugada.
4. Suplementar solo con sustitutos proteicos o pólenes de alto tenor proteico es una alternativa válida para incentivar gradualmente la postura, equilibrar la nidada y lograr generaciones futuras de abejas de mayor calidad nutricional.
Lo mejor es mantener en forma natural colmenas fuertes, con una buena reserva de miel y polen, con alto contenido de proteína corporal y una sanidad asegurada al inicio de la estación de receso. Estas colmenas llegan a la primavera en perfectas condiciones como para crecer a la par del incremento de la floración sin la necesidad de gastar dinero en sustitutos de ninguna clase. Si algunas colmenas no llegan en óptimas condiciones para el comienzo de la mielada de primavera, conviene fusionarlas y luego si hiciere falta renovarles las reinas o fusionarlas con un núcleo de fin de temporada que tenga una reina nueva.
Fuente; Orlando Valega
Apicultor

Ing. Vicente Giner

7/1/17

Más allá de la apicultura ecológica: el sello Demeter o Biodinámico



Para los que practicamos la apicultura ecológica nos queda el reto de ir más allá, e incluir las buenas prácticas de la apicultura biodinámica en nuestra forma de entender a las abejas. Eso sí,  ¡ se requiere una mente abierta!
Hacemos un resumen de lo que a nuestro entender es importante en esta filosofía cuyas bases científico-espirituales fueron establecidas por  Rudolf Steiner (1861-1925), dentro de un marco que incluía la comprensión del mundo y del ser humano.
La agricultura biodinámica se basa en el conocimiento de la tierra, las plantas, los animales y el hombre, que trabajan conjuntamente en un “organismo agrícola”. Además de una gestión de lo más respetable con el entorno, se utilizan unos preparados que tienen en cuenta las influencias cósmicas. Nuestro planeta Tierra está dentro del sistema solar, y por tanto, las fuerzas planetarias influyen en las plantas, y en las personas. Las labores de campo deben tener en cuenta este hecho y planificarse para realizarse en el mejor momento posible, para poder desarrollar todo su poder nutritivo y fuerza reproductora. Los preparados de estiércol en cuerno de vaca y de sílice en cuerno sirven para llevar a cabo las ideas anteriores. Y otras plantas sanadoras, cuyas preparaciones se añadirán al compost, servirán también al fin de armonizar el conjunto (milenrama, manzanilla, ortiga, corteza de roble, diente de león, valeriana y cola de caballo). El ser humano necesita comer alimentos que se hayan cultivado con una fuerte conexión con el elemento tierra.
A la hora de sentarnos a comer, debemos tener en cuenta las siguientes etapas:
a) Contacto espiritual con el alimento. Plena conciencia de la necesidad de alimentarnos, y ser agradecidos por tenerlo. Preparar un entorno físico y psíquico adecuado para este momento.
b) Contacto sensorial físico-anímico.  Se comienza degustando por los sentidos externos, percibimos los aromas, colores…
c) Contacto vital. Comenzando en la boca, añadimos olfato al gusto. Ser conscientes de la masticación. Alimentos frescos, cercanos, equilibrados, de temporada, aumentarán su energía al ser consumidos con atención, que necesitaremos para estimular nuestra voluntad.
 Apicultura biodinámica: se entiende que plantas, abejas, apicultor, y entorno se encuentran interconectados. El mundo vivo debe experimentarse, conectando su alma con la tierra, las plantas y las abejas y permitiendo que la colmena reciba la fuerza cósmica.
Los movimientos de rotación de la Tierra alrededor del sol, crean unos ritmos ascendientes y descendentes, que también influyen sobre las abejas, como parte de la Naturaleza, mostrándose en la calidades de la miel y sus cantidades.
El principio marcado para los apicultores biodinámicos está claro: su trabajo debe estar orientado a obtener las condiciones naturales en la colmena.
Concretando, se debe permitir a las abejas construir sus panales de manera natural  y basándose en la enjambrazón natural para que todo funcione. La presencia de abejas está más que recomendada en las fincas deméter. Las colmenas deben construirse sólo con materiales naturales como madera, paja o arcilla. Desinfección con llama, nada de pinturas sintéticas dentro o fuera de la colmena.
No se permite alimentación estimulante, se analiza la cera para ver su nivel de pureza y se permiten muchas de las buenas prácticas de la apicultura ecológica.
Para saber más consulta la normativa del sello deméter sobre apicultura.
Fuente;  mielecologicafabus
Apicultor

Ing. Vicente Giner

APICULTORES ECOLOGICOS COMO YO…. Y LA ABEJA PEQUEÑA.


Cuando se habla de apicultura ecológica hay que entenderla en dos aspectos. De una parte, nos referimos a la calidad de los alimentos obtenidos y a la ausencia de residuos químicos en los mismos, y de otra parte, está el cuidado de los animales con los que trabajamos, es decir, las colonias de abejas.
En el primer aspecto, se pone mucho énfasis tanto en la parte comercial, a cargo de los productores e intermediarios, como en el control de los productos, a cargo de los Consejos de Producción Ecológica (a través de analíticas, etiquetado, etc.).
Sin embargo, en el manejo de las colonias de abejas se puede ser un "explotador" y producir miel ecológica, o un "cuidador de abejas" al que le preocupa el bienestar de las abejas y el respeto que siente por ellas es un ingrediente sutil en la miel que producen. Personalmente, prefiero ser cuidador de abejas, siendo consciente de que el modelo idóneo para ellas es la vida en estado silvestre, sin la intervención humana. Pero cuando he conocido la apicultura, las abejas difícilmente son capaces de subsistir en los bosques porque ya han recibido demasiadas manipulaciones, como tantos otros animales domesticados, que están acosadas de enfermedades y parasitosis. Por lo tanto, me sostengo en un frágil equilibrio entre vivir por y para las abejas. Así, partiendo de esta situación de vida y en mi afán de ser un "cuidador de abejas", estoy vivenciando lo que les vengo a contar, y que es motivo para hacer una parada y reflexionar.
LAS TECNICAS EN APICULTURA
Muchas técnicas utilizadas en apicultura ecológica no son más que las mismas técnicas utilizadas en apicultura convencional, con algunas pinceladas que la diferencian. No se ha creado una apicultura que nazca realmente de las necesidades de las abejas. Por ello, a medida que he empezado a trabajar en solitario con las abejas, he desestimado algunas técnicas "de libro" porque, al imaginarme que yo soy esas abejas, no me siento bien con lo que hago. Las abejas necesitan que aprendamos a escucharlas y a observar sus movimientos.
LA AGRESIVIDAD DE LAS ABEJAS.
Las abejas, de naturaleza, no son agresivas y como cualquier otro animal se defienden cuando se sienten amenazadas. Cuando conocí a la Abeja Melipona, que no tiene aguijón (la abeja maya de los dibujos animados), quedé impactado de lo tímidas que son y solamente puedo concebir el aguijón en nuestras abejas como un desarrollo orgánico defensivo necesario para su supervivencia.

EL HABITAT DE LAS ABEJAS.
Hemos trastornado el hábitat de las abejas introduciéndolas en cajones de materiales y formas diversas, las hemos bajado al suelo, utilizamos láminas de cera estampadas con la forma hexagonal (de forma y tamaño errónea) para acelerar el desarrollo de la colmena, hemos provocado un desequilibrio en la población de la colmena porque con esas láminas les condicionamos a criar solamente abejas obreras y apenas hay zánganos (machos), hacemos enjambres y cría de reinas de forma artificial y sistemática, es decir, no solamente cuando ellas manifiestan querer multiplicarse, y por si fuera poco, en la apicultura convencional también se utiliza alimentación estimulante que acelera el ciclo biológico de las abejas y con sustancias como glucosas, sacarosas y proteínas de soja o similares, que no son propias de la alimentación natural de las abejas (a base de miel y polen) y que paulatinamente están debilitando su sistema inmunológico.
OTRAS EXPERIENCIAS.
Así, con todo este compendio de trasgresiones en una rápida hojeada, uno enfoca su mente en aquellas cosas que su sentir dice que no son armónicas, que quisiera cambiarlas pero sin saber cómo. En ese vacío de no saber hacia dónde ir, y mientras parece que todo tu apiario se derrumba por la reciente enfermedad del "síndrome del desabejado CCD" por sus siglas en ingles, (desapareciendo las colonias de abejas y dejando las colmenas vacías), en ese preciso momento, aparecen experiencias alentadoras de la nada.
He conocido la experiencia de Ed y Dee Lusby (un matrimonio de Tucson, Arizona, USA), que desde hace veinticinco años están desarrollado un trabajo de reducir el tamaño de nuestra abeja Apis Melífica, no por capricho, sino porque desde que se empezaron a estampar las láminas de cera con las celdillas hexagonales, el tamaño utilizado era algo mayor que el natural, quizás por aquello de que si la abeja fuera más grande, tendría un buche mayor y podría transportar más néctar; ya saben, egoísmo humano.
Este mayor tamaño también provocó algunas variaciones térmicas, entre otros aspectos, en las colmenas, por lo que comenzaron a surgir problemas de enfermedades y parasitosis. Hablamos de un cambio de 5 décimas de milímetro (de 5,4 mm. a 4,9 mm.), que ha supuesto que las abejas recuperen de su memoria celular los medios para activar nuevamente sus sistemas inmunológicos y defensivos, como morder y expulsar a las Varroas (un ácaro huésped de las larvas y abejas desde los años 1980) y ofrecer una mayor resistencia a las enfermedades sin necesidad de incorporar tratamientos externos.
Fíjense lo que supone para el ser humano tan sólo unas décimas más de temperatura en su cuerpo e imaginen las consecuencias que pueden llegar a tener… También me han transmitido la experiencia de otro apicultor, Michael Housel, el cual, observando un enjambre silvestre en un Parque Nacional, descubrió que además de la maravillosa geometría hexagonal de los panales, también las abejas son muy cuidadosas en la colocación del conjunto, que construyen de forma simétrica. Tan sólo colocando nuestros cuadros de panal en las colmenas con esta simetría, las abejas se manifiestan tranquilas y activas. Como éste, ¿cuántos detalles de la naturaleza apícola pasan desapercibidos a nuestros ojos, en nuestro empeño de imitarlo todo, si bien las réplicas nunca podrán alcanzar la perfección de lo original?
Fuente consultada; Grupo Organicbeekeepers – USA

Apicultor 

Ing. Vicente Giner