5/11/17

LAS VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE LA ENDOGAMIA

Inbreeding o Acoplamientos entre parientes se puede considerar como la piedra angular de la selección genética. Es el método imprescindible de intensificar, de fijar y de estandarizar las características deseables y al mismo tiempo expulsar los factores no deseados. La endogamia o consanguinidad se emplea en todas las formas de criar en el mundo animal y de la planta. De hecho, en plantas la autopolinización es la forma más intensiva de endogamia. Por otra parte, en la cría de abejas en la naturaleza esta práctica es evitada para prevenir los efectos negativos de la endogamia. Esto se demuestra claramente por los acoplamientos múltiples y porque los zánganos se aparean muy lejos de su colmena hasta diez kilómetros. 
Una experiencia práctica demuestra que el resultado más serio de la endogamia es repetidamente otra vez, la pérdida progresiva de vitalidad.
Esta pérdida de vitalidad afecta todas las actividades esenciales de las abejas e incluso amenaza la misma existencia de muchas colonias. Las pérdidas devastadoras sobre las cuales oímos tanto son debidas, en gran parte si no enteramente, a esta pérdida de vitalidad. Es una deficiencia insidiosa e ilusoria que se acentúa siempre principalmente en las condiciones climáticas desfavorables contra las cuales una constitución debilitada no tiene ninguna resistencia. La carencia de la vitalidad se acentúa también una capacidad reducida de multiplicar la cría, la inhabilidad para la autodefensa y sobretodo en una susceptibilidad creciente a la enfermedad. Sin duda en la crianza de Abejas Reinas  es un requisito indispensable el control para evitar los acoplamientos entre parientes consanguíneos “Endogamia”. La experiencia ha demostrado que sin este cuidado incluso las capacidades más productivas de abejas se pueden arruinar en algunas generaciones. 
Cuando se cruzan dos individuos de distintas razas de la misma especie la progenie normalmente tiene mucho mas vitalidad que cualquiera de los dos padres, a este hecho se lo denomina heterosis o vigor híbrido.
Este cruzamiento da lugar a muchos más genes que llevan diversos alelos. El apareamiento de padres sin relación da lugar a muchos más genes con alelos diversos o HETEROSIGOTICOS. Un aumento generalizado de la heterosigosis es responsable de producir heterosis. El estado opuesto es cuando los genes llevan dos alelos iguales. Estos organismos serían homocigóticos con una notable reducción de la heterosis 
Una reducción de la heterosis ocurre con la endogamia o cruzamiento entre parientes, mientras que el porcentaje de genes homocigóticos aumenta es menor el vigor híbrido. Esto da lugar a: Una pérdida inesperada de vitalidad, inactividad de la colonia, pérdida de resistencia a la enfermedad, disminución de la producción y menor longevidad de la abeja en invierno. 

Fuente consultada; Beekeeping USA
Apicultor

Ing. Vicente Giner

16/10/17

Mejor prevenir que curar


Cada vez que debaten temas relacionados a la sanidad de las abejas leo atentamente todos los comentarios y me llamo a silencio. En gran medida por respeto a los amigos que tienen dificultades. Para no parecer soberbio y porque al no tener problemas sanitarios, me siento como sapo de otro pozo. Me cuesta comprender como se puede llegar al extremo de tener como única opción curar contra varroa o quedarse sin colmenas.
Sin ánimo de confrontar ni aburrirlos deseo que conozcan mi opinión sobre el tema sanitario en las colmenas. Para mi los apicultores somos los responsables de la mayoría de las dolencias de las abejas, en especial por malos manejos que estresan a las colonias, y como lo manifestó uno de ustedes, los criadores de reina contribuyeron muchísimo al criar reinas fármaco-dependientes.
¡Siempre es mejor prevenir que curar!

Desde hace millones de años, antes de iniciarse la vida del hombre, las abejas ya sabían defenderse de las adversidades de la vida y en muchos lugares aun hoy viven sanas, vigorosas, en los huecos de los árboles o colgadas de las ramas, sin necesidad de la intervención del hombre para lo más mínimo. Parece ser que la intervención del hombre produjo el efecto contrario, criamos abejas fármaco-dependientes. Muy buen negocio para algunos pero muy malo para las abejas, los apicultores, y lo que es peor, malo para los que consumen los valiosos productos de la colmena, contaminados con las más diversas e inimaginables sustancias nocivas para la salud. Por suerte hoy el consumidor se defiende, rechaza este producto contaminado y sin darse cuenta, está defendiendo a la abeja del uso indiscriminado de drogas, y alimento chatarra. Muy pronto y para bien de la humanidad, el apicultor que no aprenda a realizar un manejo natural y ecológico de sus colmenas va a desaparecer con sus abejas.
Sin ánimo de polemizar, yo observo una actitud contradictoria en el manejo sanitario de la mayoría de los criadores de reinas. Por un lado buscan seleccionar colmenas resistentes a varroa, nosemosis, y otras enfermedades y sin embargo realizan tratamientos preventivos contra nosemosis y varroa. Le quitan a la abeja su capacidad innata de defenderse y vuelven cada vez más resistente a los protozoos y a los ácaros. No se puede seleccionar resistencia a las enfermedades y hacer simultáneamente tratamientos preventivos.
Varroa es por lejos el problema sanitario más importante de la apicultura mundial y cada vez resulta más difícil controlar la infesta porque la varroa adquieren resistencia a los fármacos y además, por contaminar la miel cada vez se restringe mas el uso de productos curativos, muy pronto no se va a poder usar ninguno.
Puede ser que el propóleos resulte efectivo en el control de varias afecciones de las abejas pero además de investigar seriamente en ese sentido, deberíamos buscar abejas resistentes a las enfermedades, especialmente a varroa.
Reflexiones finales

¿Cuán lejos estamos con nuestros manejos de las colmenas de la forma natural de criar que tiene la naturaleza? ¿Por qué no respetar la evolución natural que en millones de años seleccionó colonias adaptadas al medio, capaces de defenderse solas sin la ayuda del hombre, o como ya expresé, a pesar de la intervención del hombre? ¿Por qué no aplicar los descubrimientos del matrimonio Lusby y seguir investigando en la misma línea a fin de mejorar la apicultura? ¿No será que los apicultores sin darnos cuenta caemos inocentemente en las estrategias comerciales de quienes lucran con las enfermedades de las abejas?
Fuente consultada: Apicultura sin Fronteras

Apicultor, Ing. Vicente Giner

10/10/17

La contaminación ambiental dificulta el trabajo de las pecoreadoras.

Según diferentes estudios, los contaminantes del aire interactúan con los olores emitidos por las plantas, que los insectos polinizadores utilizan para localizar los alimentos necesarios y en consecuencia confunden a las abejas, lo que implica el aumento del tiempo de pecorea y disminuye la eficacia de la polinización.
Estas interacciones químicas con los contaminantes del aire disminuyen la “vida” de las moléculas aromáticas de las plantas y las distancias que recorren (en condiciones normales las corrientes de aire las pueden arrastrar cientos de metros).
“Cada insecto tiene un umbral de detección para ciertos tipos de olores y encuentran las fuentes de comida al pasar cerca de las áreas de alta concentración” señaló José Fuentes, profesor de Meteorología y Ciencias de la Atmósfera, de la Universidad de Pensilvania.
Los investigadores han intentado comprender cómo estas interacciones químicas, que comienzan con la presencia de contaminantes atmosféricos, afectarían la capacidad de las abejas para encontrar comida.
Primero calcularon los cambios en las concentraciones de aromas florales por las turbulencias del aire y las interacciones químicas utilizando una simulación por ordenador, lo que les permitió realizar un seguimiento de la concentración y el movimiento de múltiples columnas de olores de diferentes partes de flores a lo largo del tiempo.

Luego, los investigadores realizaron 90.000 simulaciones que representan los patrones de buscar comida y el movimiento de varias abejas en medio de diferentes niveles de olor modificados por la contaminación del aire y diluidos por la velocidad del viento.
Los investigadores comprobaron que por ejemplo, con 60 ppm (partes por mil millones) de los niveles de ozono, que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos considera un nivel “moderado”, se producen los cambios químicos suficientes para confundir de forma importante a las abejas y obstaculizar su capacidad para identificar las columnas de aromas florales que necesitaban para localizar los alimentos.
Si en un entorno libre de ozono, el 20% de las pecoreadoras tardaron 10 minutos en encontrar una determinada molécula de aroma floral, cuando el ozono se elevó a solo 20 ppm, la misma cantidad de abejas tardó 180 minutos en encontrarlo.
Fuente: Portal Apicola

Apicultor, Ing. Vicente Giner

5/10/17

La Vitelogenina, Abejas gordas

 La importancia de la proteína en la Abeja.

Muchos  piensan que las reservas de proteínas para pasar el invierno quedan en forma de  polen en los panales, pero lo cierto es que las abejas no acumulan polen para más de 5 o 6 días de sus requerimientos, y en realidad, las reservas de proteínas de la colonia están en su organismo en forma de grasa. Se las denomina; proteínas corporales. Esto se hace principalmente en forma de un compuesto llamado vitelogenina.
Esto es así hasta el punto de que las abejas de primavera y de verano no tienen sus reservas de grasa desarrolladas, mientras que las de otoño acumulan en su tejido adiposo una importante cantidad de proteínas  con las que después de sobrevivir al invierno,  serán capaces de generar el alimento necesario para la alimentación de las primeras larvas de la primavera. Con esto queremos decir que aunque las abejas son viejas cuando llega la primavera,  son perfectamente capaces de asumir el papel de las nodrizas, incluso en ausencia de polen. Este fenómeno es posible sólo cuando las abejas pueden utilizar sus reservas de grasas  y las proteínas contenidas en sus cuerpos adiposos. De aquí, la principal importancia de la vitelogenina, que es la que permite desarrollar este comportamiento.

Resumiendo, el hecho de tener generosas reservas corporales de grasa, se traduce en una mayor resistencia a la invernada y en una mayor capacidad de producción de jalea real al inicio de la siguiente primavera por parte de las abejas viejas que han pasado el invierno. Por tanto, dicho de una manera banal, la clave del apicultor va a ser lograr tener “abejas gordas”.


Fuentes: Randy Oliver (California), biólogo e investigador


Apicultor, Ing. Vicente Giner

8/1/17

Beneficios y complicaciones de la estimulación temprana.


Con el propósito de hacer coincidir la curva de crecimiento de la colmena con la curva de floración, muchos apicultores estimulan la postura de la Reina.                                      
La floración por lo general es gradual, en vísperas de primavera comienzan a aparecer las  primeras flores.
Al principio las abejas comienzan a ingresar con poco polen y poco néctar porque la naturaleza no lo aporta en grandes cantidades, pero no nos olvidemos que las cosas no están hechas al azahar, si las abejas tuvieran mucho polen y mucho néctar de golpe no lo podrían utilizar porque no hay suficiente cantidad para acopiarlo, alimentar las crías ni calentar el nido. Pero la naturaleza no hace eso, provee de alimentos en forma gradual, al principio pocas flores, poco néctar y poco polen. Gradualmente en sintonía con el incremento de la floración se produce el incremento de la población de abejas para llegar al pico de floración  con la cantidad suficiente para aprovechar esa gran oferta floral.
Un poco después, con las reservas completas y saturadas de abejas jóvenes; la colmena decide multiplicarse y comienzan a salir los primeros enjambres.
Las flores de finales del invierno tienen pólenes con bajo tenor de proteínas, pero no afecta la nutrición, porque el desarrollo de la colmena es lento y por lo tanto la demanda de proteínas es también baja.
Ciclo de proteínas
Al terminar el periodo de receso, en la colmena la mayor parte de las proteínas están en forma de “proteína corporal o vitelogenina”en el abdomen y cabeza de las “abejas longevas de invierno” y algo menos en forma de polen ensilado.
La vitelogenina se transforma gradualmente en jalea real para las crías y el resto de los individuos de la colmena. A medida que aumenta la oferta floral la Reina incrementa la postura y a su vez su demanda en jalea real, lo mismo pasa con el resto de los individuos, las pecoreadoras comienzan a gastar energía y necesitan de calorías en forma de miel y néctar, pero a su vez demandan algo de jalea que es aportada por las “abejas jóvenes longevas”. Estas, utilizan el polen ensilado pero si no es suficiente utilizan la proteína corporal. Mientras no se produzcan altos niveles de consumo por parte de la colmena de la jalea real, las reservas de vitelogenina de las abejas jóvenes se mantiene dentro de límites razonables y pronto las nuevas abejas nodrizas suplantan a las “jóvenes longevas” y se reactiva el ciclo armoniosamente. En la medida que la colmena acumula proteína corporal puede incrementar la población.
¿Qué puede suceder si estimulamos temprano la postura de la Reina con jarabe solamente?
Un alto ingreso de néctar (jarabe en este caso), estimula la postura de la reina y esta demanda más jalea real a las “abejas jóvenes longevas”, el nacimiento de la cría estimula la recolección de polen a las pecoreadoras y salen en busca de tan preciado alimento, recorren kilómetros y kilómetros en busca del polen, y este a veces ni  aparece. Algunas abejas agotadas vuelven a las colmenas en demanda de miel y jalea real que proveen las “abejas jóvenes longevas”, otras cansadas intentan el regreso que a veces no logran por el gran desgaste producido.
Las abejas jóvenes se desgastan consumiendo la proteína corporal y subalimentando a las larvas y en algunos casos comiéndose los huevos recién puestos por la Reina (canibalismo), y rápidamente la colmena se ve despoblada. Un poco porque muchas están en el campo buscando polen y néctar, otras ya no regresan y las jóvenes y desgastadas abejas longevas aparte de mal alimentar a las larvas, no pueden calentar el nido.
El nido está muy húmedo y no hay abejas para ventilarlo. En vez de anticiparnos a la gran floración, conseguimos despoblar el nido, enfriar la cría y estresar la colmena con muchas probabilidades de enfermarse de lo que sea, ya que su sistema inmune queda deprimido.
Supongamos que tenemos buena provisión de polen. En este caso lo mismo la colmena se estresa porque son las abejas nodrizas las especializadas en transformar el polen en proteína corporal y este en jalea. Las “abejas jóvenes longevas” ya perdieron parte de esa capacidad y las pecoreadoras ya han transformado las glándulas. Al aumentar la demanda se induce a las jóvenes y pecoreadoras a consumir polen en un intento de equilibrar la colmena y no lo pueden digerir correctamente, Este es un síntoma muy parecido al de la nosemosis.
Por último, el solo hecho de abrir la colmena y romper algunos panales con miel  levanta vapores volátiles que estimulan el pillaje y dan más actividad a la dormida colmena.
El pillaje debilita por partida doble a la colmena, pierde abejas y reservas.
Hay apicultores que se pasan revisando innecesariamente sus colmenas lo que de por si las debilita y luego las estimula con jarabe para ponerle el “moño a las enfermedades que vendrán”.
¿Y si se aporta jarabe con sustitutos proteicos?
Esto parecería ser mejor, jarabe en vez de néctar y algún sustituto de polen que aporte las proteínas. Se espera que el nido evolucione más equilibrado, que la reina incremente la postura y las abejas tengan los nutrientes para alimentarse y alimentar la cría, pero de todas maneras el crecimiento debería ser gradual ya que no hay suficientes abejas para hacer todas las tareas. Si la reina se entusiasma estimulada por algún veranillo prolongado, cuando vuelva el frío faltarán abejas para calentarlo con el riesgo de que se muera mucha cría o que se debilite con nefastas consecuencias.
Jarabe con el agregado de polen
Esto es todavía mejor, el jarabe aportará la fase calórica y el polen las proteínas, vitaminas, cofactores y el 5 por ciento de grasa, pero de todas maneras la colmena tendría que crecer en forma gradual y equilibrada. A no olvidarse de que las abejas longevas de invierno no son nodrizas.

En resumen
1. Suplementar con jarabe solo, a fin de estimular la postura de la reina y de esa manera lograr hacer coincidir la curva de floración con la curva de crecimiento de la colonia no es viable: Además del costo extra que representa, se produce un efecto contrario, se reduce aún mas la población y se favorece la proliferación de enfermedades.
2.Suplementar con jarabe y sustitutos de polen , además del alto costo extra que representa, aporta una nutrición incompleta, y se corre el riesgo de que un veranillo estimule de mas la postura y si vuelve el frío, “que siempre vuelve”, enfríe la cría por falta de abejas para calentarla.
3. Suplementar con jarabe y polen aporta una muy buena nutrición pero además del alto costo que esto representa se corre el riesgo de que el frío nos haga una mala jugada.
4. Suplementar solo con sustitutos proteicos o pólenes de alto tenor proteico es una alternativa válida para incentivar gradualmente la postura, equilibrar la nidada y lograr generaciones futuras de abejas de mayor calidad nutricional.
Lo mejor es mantener en forma natural colmenas fuertes, con una buena reserva de miel y polen, con alto contenido de proteína corporal y una sanidad asegurada al inicio de la estación de receso. Estas colmenas llegan a la primavera en perfectas condiciones como para crecer a la par del incremento de la floración sin la necesidad de gastar dinero en sustitutos de ninguna clase. Si algunas colmenas no llegan en óptimas condiciones para el comienzo de la mielada de primavera, conviene fusionarlas y luego si hiciere falta renovarles las reinas o fusionarlas con un núcleo de fin de temporada que tenga una reina nueva.
Fuente; Orlando Valega
Apicultor

Ing. Vicente Giner

7/1/17

Más allá de la apicultura ecológica: el sello Demeter o Biodinámico



Para los que practicamos la apicultura ecológica nos queda el reto de ir más allá, e incluir las buenas prácticas de la apicultura biodinámica en nuestra forma de entender a las abejas. Eso sí,  ¡ se requiere una mente abierta!
Hacemos un resumen de lo que a nuestro entender es importante en esta filosofía cuyas bases científico-espirituales fueron establecidas por  Rudolf Steiner (1861-1925), dentro de un marco que incluía la comprensión del mundo y del ser humano.
La agricultura biodinámica se basa en el conocimiento de la tierra, las plantas, los animales y el hombre, que trabajan conjuntamente en un “organismo agrícola”. Además de una gestión de lo más respetable con el entorno, se utilizan unos preparados que tienen en cuenta las influencias cósmicas. Nuestro planeta Tierra está dentro del sistema solar, y por tanto, las fuerzas planetarias influyen en las plantas, y en las personas. Las labores de campo deben tener en cuenta este hecho y planificarse para realizarse en el mejor momento posible, para poder desarrollar todo su poder nutritivo y fuerza reproductora. Los preparados de estiércol en cuerno de vaca y de sílice en cuerno sirven para llevar a cabo las ideas anteriores. Y otras plantas sanadoras, cuyas preparaciones se añadirán al compost, servirán también al fin de armonizar el conjunto (milenrama, manzanilla, ortiga, corteza de roble, diente de león, valeriana y cola de caballo). El ser humano necesita comer alimentos que se hayan cultivado con una fuerte conexión con el elemento tierra.
A la hora de sentarnos a comer, debemos tener en cuenta las siguientes etapas:
a) Contacto espiritual con el alimento. Plena conciencia de la necesidad de alimentarnos, y ser agradecidos por tenerlo. Preparar un entorno físico y psíquico adecuado para este momento.
b) Contacto sensorial físico-anímico.  Se comienza degustando por los sentidos externos, percibimos los aromas, colores…
c) Contacto vital. Comenzando en la boca, añadimos olfato al gusto. Ser conscientes de la masticación. Alimentos frescos, cercanos, equilibrados, de temporada, aumentarán su energía al ser consumidos con atención, que necesitaremos para estimular nuestra voluntad.
 Apicultura biodinámica: se entiende que plantas, abejas, apicultor, y entorno se encuentran interconectados. El mundo vivo debe experimentarse, conectando su alma con la tierra, las plantas y las abejas y permitiendo que la colmena reciba la fuerza cósmica.
Los movimientos de rotación de la Tierra alrededor del sol, crean unos ritmos ascendientes y descendentes, que también influyen sobre las abejas, como parte de la Naturaleza, mostrándose en la calidades de la miel y sus cantidades.
El principio marcado para los apicultores biodinámicos está claro: su trabajo debe estar orientado a obtener las condiciones naturales en la colmena.
Concretando, se debe permitir a las abejas construir sus panales de manera natural  y basándose en la enjambrazón natural para que todo funcione. La presencia de abejas está más que recomendada en las fincas deméter. Las colmenas deben construirse sólo con materiales naturales como madera, paja o arcilla. Desinfección con llama, nada de pinturas sintéticas dentro o fuera de la colmena.
No se permite alimentación estimulante, se analiza la cera para ver su nivel de pureza y se permiten muchas de las buenas prácticas de la apicultura ecológica.
Para saber más consulta la normativa del sello deméter sobre apicultura.
Fuente;  mielecologicafabus
Apicultor

Ing. Vicente Giner

APICULTORES ECOLOGICOS COMO YO…. Y LA ABEJA PEQUEÑA.


Cuando se habla de apicultura ecológica hay que entenderla en dos aspectos. De una parte, nos referimos a la calidad de los alimentos obtenidos y a la ausencia de residuos químicos en los mismos, y de otra parte, está el cuidado de los animales con los que trabajamos, es decir, las colonias de abejas.
En el primer aspecto, se pone mucho énfasis tanto en la parte comercial, a cargo de los productores e intermediarios, como en el control de los productos, a cargo de los Consejos de Producción Ecológica (a través de analíticas, etiquetado, etc.).
Sin embargo, en el manejo de las colonias de abejas se puede ser un "explotador" y producir miel ecológica, o un "cuidador de abejas" al que le preocupa el bienestar de las abejas y el respeto que siente por ellas es un ingrediente sutil en la miel que producen. Personalmente, prefiero ser cuidador de abejas, siendo consciente de que el modelo idóneo para ellas es la vida en estado silvestre, sin la intervención humana. Pero cuando he conocido la apicultura, las abejas difícilmente son capaces de subsistir en los bosques porque ya han recibido demasiadas manipulaciones, como tantos otros animales domesticados, que están acosadas de enfermedades y parasitosis. Por lo tanto, me sostengo en un frágil equilibrio entre vivir por y para las abejas. Así, partiendo de esta situación de vida y en mi afán de ser un "cuidador de abejas", estoy vivenciando lo que les vengo a contar, y que es motivo para hacer una parada y reflexionar.
LAS TECNICAS EN APICULTURA
Muchas técnicas utilizadas en apicultura ecológica no son más que las mismas técnicas utilizadas en apicultura convencional, con algunas pinceladas que la diferencian. No se ha creado una apicultura que nazca realmente de las necesidades de las abejas. Por ello, a medida que he empezado a trabajar en solitario con las abejas, he desestimado algunas técnicas "de libro" porque, al imaginarme que yo soy esas abejas, no me siento bien con lo que hago. Las abejas necesitan que aprendamos a escucharlas y a observar sus movimientos.
LA AGRESIVIDAD DE LAS ABEJAS.
Las abejas, de naturaleza, no son agresivas y como cualquier otro animal se defienden cuando se sienten amenazadas. Cuando conocí a la Abeja Melipona, que no tiene aguijón (la abeja maya de los dibujos animados), quedé impactado de lo tímidas que son y solamente puedo concebir el aguijón en nuestras abejas como un desarrollo orgánico defensivo necesario para su supervivencia.

EL HABITAT DE LAS ABEJAS.
Hemos trastornado el hábitat de las abejas introduciéndolas en cajones de materiales y formas diversas, las hemos bajado al suelo, utilizamos láminas de cera estampadas con la forma hexagonal (de forma y tamaño errónea) para acelerar el desarrollo de la colmena, hemos provocado un desequilibrio en la población de la colmena porque con esas láminas les condicionamos a criar solamente abejas obreras y apenas hay zánganos (machos), hacemos enjambres y cría de reinas de forma artificial y sistemática, es decir, no solamente cuando ellas manifiestan querer multiplicarse, y por si fuera poco, en la apicultura convencional también se utiliza alimentación estimulante que acelera el ciclo biológico de las abejas y con sustancias como glucosas, sacarosas y proteínas de soja o similares, que no son propias de la alimentación natural de las abejas (a base de miel y polen) y que paulatinamente están debilitando su sistema inmunológico.
OTRAS EXPERIENCIAS.
Así, con todo este compendio de trasgresiones en una rápida hojeada, uno enfoca su mente en aquellas cosas que su sentir dice que no son armónicas, que quisiera cambiarlas pero sin saber cómo. En ese vacío de no saber hacia dónde ir, y mientras parece que todo tu apiario se derrumba por la reciente enfermedad del "síndrome del desabejado CCD" por sus siglas en ingles, (desapareciendo las colonias de abejas y dejando las colmenas vacías), en ese preciso momento, aparecen experiencias alentadoras de la nada.
He conocido la experiencia de Ed y Dee Lusby (un matrimonio de Tucson, Arizona, USA), que desde hace veinticinco años están desarrollado un trabajo de reducir el tamaño de nuestra abeja Apis Melífica, no por capricho, sino porque desde que se empezaron a estampar las láminas de cera con las celdillas hexagonales, el tamaño utilizado era algo mayor que el natural, quizás por aquello de que si la abeja fuera más grande, tendría un buche mayor y podría transportar más néctar; ya saben, egoísmo humano.
Este mayor tamaño también provocó algunas variaciones térmicas, entre otros aspectos, en las colmenas, por lo que comenzaron a surgir problemas de enfermedades y parasitosis. Hablamos de un cambio de 5 décimas de milímetro (de 5,4 mm. a 4,9 mm.), que ha supuesto que las abejas recuperen de su memoria celular los medios para activar nuevamente sus sistemas inmunológicos y defensivos, como morder y expulsar a las Varroas (un ácaro huésped de las larvas y abejas desde los años 1980) y ofrecer una mayor resistencia a las enfermedades sin necesidad de incorporar tratamientos externos.
Fíjense lo que supone para el ser humano tan sólo unas décimas más de temperatura en su cuerpo e imaginen las consecuencias que pueden llegar a tener… También me han transmitido la experiencia de otro apicultor, Michael Housel, el cual, observando un enjambre silvestre en un Parque Nacional, descubrió que además de la maravillosa geometría hexagonal de los panales, también las abejas son muy cuidadosas en la colocación del conjunto, que construyen de forma simétrica. Tan sólo colocando nuestros cuadros de panal en las colmenas con esta simetría, las abejas se manifiestan tranquilas y activas. Como éste, ¿cuántos detalles de la naturaleza apícola pasan desapercibidos a nuestros ojos, en nuestro empeño de imitarlo todo, si bien las réplicas nunca podrán alcanzar la perfección de lo original?
Fuente consultada; Grupo Organicbeekeepers – USA

Apicultor 

Ing. Vicente Giner