Cada vez que
debaten temas relacionados a la sanidad de las abejas leo atentamente todos los
comentarios y me llamo a silencio. En gran medida por respeto a los amigos que
tienen dificultades. Para no parecer soberbio y porque al no tener problemas
sanitarios, me siento como sapo de otro pozo. Me cuesta comprender como se
puede llegar al extremo de tener como única opción curar contra varroa o
quedarse sin colmenas.
Sin ánimo de
confrontar ni aburrirlos deseo que conozcan mi opinión sobre el tema sanitario
en las colmenas. Para mi los apicultores somos los responsables de la mayoría
de las dolencias de las abejas, en especial por malos manejos que estresan a
las colonias, y como lo manifestó uno de ustedes, los criadores de reina
contribuyeron muchísimo al criar reinas fármaco-dependientes.
¡Siempre es
mejor prevenir que curar!
Desde hace millones de años, antes de iniciarse la vida del hombre, las abejas ya sabían defenderse de las adversidades de la vida y en muchos lugares aun hoy viven sanas, vigorosas, en los huecos de los árboles o colgadas de las ramas, sin necesidad de la intervención del hombre para lo más mínimo. Parece ser que la intervención del hombre produjo el efecto contrario, criamos abejas fármaco-dependientes. Muy buen negocio para algunos pero muy malo para las abejas, los apicultores, y lo que es peor, malo para los que consumen los valiosos productos de la colmena, contaminados con las más diversas e inimaginables sustancias nocivas para la salud. Por suerte hoy el consumidor se defiende, rechaza este producto contaminado y sin darse cuenta, está defendiendo a la abeja del uso indiscriminado de drogas, y alimento chatarra. Muy pronto y para bien de la humanidad, el apicultor que no aprenda a realizar un manejo natural y ecológico de sus colmenas va a desaparecer con sus abejas.
Desde hace millones de años, antes de iniciarse la vida del hombre, las abejas ya sabían defenderse de las adversidades de la vida y en muchos lugares aun hoy viven sanas, vigorosas, en los huecos de los árboles o colgadas de las ramas, sin necesidad de la intervención del hombre para lo más mínimo. Parece ser que la intervención del hombre produjo el efecto contrario, criamos abejas fármaco-dependientes. Muy buen negocio para algunos pero muy malo para las abejas, los apicultores, y lo que es peor, malo para los que consumen los valiosos productos de la colmena, contaminados con las más diversas e inimaginables sustancias nocivas para la salud. Por suerte hoy el consumidor se defiende, rechaza este producto contaminado y sin darse cuenta, está defendiendo a la abeja del uso indiscriminado de drogas, y alimento chatarra. Muy pronto y para bien de la humanidad, el apicultor que no aprenda a realizar un manejo natural y ecológico de sus colmenas va a desaparecer con sus abejas.
Sin ánimo de
polemizar, yo observo una actitud contradictoria en el manejo sanitario de la
mayoría de los criadores de reinas. Por un lado buscan seleccionar colmenas
resistentes a varroa, nosemosis, y otras enfermedades y sin embargo realizan
tratamientos preventivos contra nosemosis y varroa. Le quitan a la abeja su
capacidad innata de defenderse y vuelven cada vez más resistente a los
protozoos y a los ácaros. No se puede seleccionar resistencia a las
enfermedades y hacer simultáneamente tratamientos preventivos.
Varroa es por
lejos el problema sanitario más importante de la apicultura mundial y cada vez
resulta más difícil controlar la infesta porque la varroa adquieren resistencia
a los fármacos y además, por contaminar la miel cada vez se restringe mas el
uso de productos curativos, muy pronto no se va a poder usar ninguno.
Puede ser que el
propóleos resulte efectivo en el control de varias afecciones de las abejas
pero además de investigar seriamente en ese sentido, deberíamos buscar abejas
resistentes a las enfermedades, especialmente a varroa.
Reflexiones
finales
¿Cuán lejos estamos con nuestros manejos de las colmenas de la forma natural de criar que tiene la naturaleza? ¿Por qué no respetar la evolución natural que en millones de años seleccionó colonias adaptadas al medio, capaces de defenderse solas sin la ayuda del hombre, o como ya expresé, a pesar de la intervención del hombre? ¿Por qué no aplicar los descubrimientos del matrimonio Lusby y seguir investigando en la misma línea a fin de mejorar la apicultura? ¿No será que los apicultores sin darnos cuenta caemos inocentemente en las estrategias comerciales de quienes lucran con las enfermedades de las abejas?
¿Cuán lejos estamos con nuestros manejos de las colmenas de la forma natural de criar que tiene la naturaleza? ¿Por qué no respetar la evolución natural que en millones de años seleccionó colonias adaptadas al medio, capaces de defenderse solas sin la ayuda del hombre, o como ya expresé, a pesar de la intervención del hombre? ¿Por qué no aplicar los descubrimientos del matrimonio Lusby y seguir investigando en la misma línea a fin de mejorar la apicultura? ¿No será que los apicultores sin darnos cuenta caemos inocentemente en las estrategias comerciales de quienes lucran con las enfermedades de las abejas?
Fuente consultada: Apicultura
sin Fronteras
Apicultor, Ing. Vicente Giner
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