La importancia de la proteína en la Abeja.
Muchos piensan que las reservas de proteínas
para pasar el invierno quedan en forma de polen en los panales, pero lo
cierto es que las abejas no acumulan polen para más de 5 o 6 días de sus
requerimientos, y en realidad, las reservas de proteínas de la colonia están en
su organismo en forma de grasa. Se las denomina; proteínas corporales. Esto se hace principalmente
en forma de un compuesto llamado vitelogenina.
Esto es así hasta
el punto de que las abejas de primavera y de verano no tienen sus reservas de
grasa desarrolladas, mientras que las de otoño acumulan en su tejido adiposo
una importante cantidad de proteínas con las que después
de sobrevivir al invierno, serán
capaces de generar el alimento necesario para la alimentación
de las primeras larvas de la primavera. Con esto
queremos decir que aunque las abejas son viejas cuando llega la
primavera, son perfectamente capaces de asumir el papel de las nodrizas,
incluso en ausencia de polen. Este fenómeno es posible sólo cuando las abejas
pueden utilizar sus reservas de grasas y las proteínas contenidas
en sus cuerpos adiposos. De aquí, la principal importancia de la
vitelogenina, que es la que permite desarrollar este comportamiento.
Resumiendo, el hecho de tener
generosas reservas corporales de grasa, se traduce en una mayor
resistencia a la invernada y en una mayor capacidad de producción de jalea real
al inicio de la siguiente primavera por parte de las abejas viejas que han
pasado el invierno. Por tanto, dicho de una manera banal, la clave del
apicultor va a ser lograr tener “abejas gordas”.
Fuentes: Randy
Oliver (California), biólogo e investigador
Apicultor,
Ing. Vicente Giner
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